Es la causa más común de dolor en la cadera de los niños. Es una condición inflamatoria autolimitante de causa no definida que ocurre principalmente en niños entre los 9 meses de vida y la adolescencia pero sobre todo entre los 3 y los 8 años de vida.
A pesar de ser un proceso benigno, se debe de diferenciar de la artritis séptica, que requiere tratamiento de emergencia. Este puede ser un signo inicial de otras enfermedades como artritis juvenil temprana o espondilitis anquilosante.
La enfermedad fue descrita por Lovett y Morse en 1892 y desde entonces ha recibido numerosos nombres como coxitis transitoria, coxitis fugax o coxitis serosa simple.
¿Cuál es la causa de la enfermedad?
La causa de la enfermedad continúa hoy día sin conocerse. Ocasionalmente ocurre luego de una infección del tracto respiratorio superior, pero no se conoce la naturaleza de esta relación.
Sin embargo, se ha relacionado con alguno de los siguientes procesos:
- Una infección inespecífica vírica de vías respiratorias superiores, faringitis u otitis media. Esta asociación se ha encontrado en el 70% de los casos.
- Un antecedente de traumatismo, caída o golpe. Esta asociación se ha encontrado entre el 17 y el 30% de los casos.
- Una predisposición alérgica. Esta asociación se ha encontrado entre el 16 y el 25% de los casos.
¿Cómo se presenta la enfermedad?
La presentación mas común es un niño con cogera de inicio rápido y subsecuente negación a caminar o a apoyar la pierna. El ortopedista encuentra un niño con malestar leve que no quiere caminar o apoyar la pierna, limitación a la movilidad debido al dolor y el espasmo, y la cadera la mantiene en flexión.
En ocasiones se acompaña de fiebre baja, raramente superior a 38º C.
Los síntomas disminuyen de forma gradual en unos días o semanas. La media de duración es de unos 10 días, si bien puede alargarse el proceso hasta 8 semanas.
¿Qué hay que hacer ante esta enfermedad?
Es importante acudir al especialista en ortopedia pediátrica para descartar otras enfermedades más graves que podrían provocar una sintomatología similar. Para ello el especialista explorará la cadera, especialmente la movilidad de la misma y en algunas ocasiones puede solicitar alguna exploración complementaria. Según el cuadro clínico y la exploración puede ser necesaria la realización de una radiografía, una ecografía, un análisis de sangre o pruebas más complejas como una gammagrafía o una resonancia de cadera.
¿Cómo se trata esta enfermedad?
El tratamiento inicia espontáneamente ya que el niño se niega a caminar o mover , por lo que le da reposo a la cadera. En algunas ocasiones es necesaria la aspiración de la cadera para descartar la presencia de infección. Se coloca al paciente en reposo hasta que mejoren los signos y síntomas, se inicia el uso de antiinflamatorios y la observación contínua y periódica por el ortopedista pediátrico.
La hospitalización se debe de realizar cuando la artritis séptica es una posibilidad de diagnóstico.
Se trata de una enfermedad autolimitada que cura sin secuelas en la mayoría de los casos. Si el proceso inflamatorio ha sido muy importante o repetido, puede existir una estimulación de las zonas de crecimiento de la cadera y provocar que ésta se haga algo más grande. Esto se conoce como coxa magna pero no produce ningún trastorno funcional.