En etapas tempranas de la infancia, el bebé solo necesita botas o calcetas para mantener la temperatura y como protección.  Mientras los niños crecen y comienzan a caminar, andar descalzo dentro de la casa es apropiado ya que les permite a los niños tocar y sentir el suelo, desarrollando mejor la información sensorial; fortaleciendo los musculos propios del pie y desarrollando el arco del pie.

Cuando compres los primeros zapatos de tu hijo:

• Deben ser zapatos con el dorso del mismo, suficientemente amplio para que el pie del niño esté cómodo.
• Suela blanda es la mejor opción. Un zapato normal de corte bajo a nivel del tobillo permite el desarrollo de los ligamentos y  musculos alrededor del tobillo que son necesarios para desarrollar un buen balance y estabilización.
• La parte anterior del zapato, donde van los dedos, debe ser suficientemente amplio para que los dedos se muevan. Un travez de dedo de más permite al niño de 3 a 6 meses de crecimiento, dependiendo de la edad del niño y de la velocidad de crecimiento.

Media vez  tu hijo ha empezado a caminar, no aceptes zapatos regalados ni los regales tú, ni los pases del hermano mayor al pequeño. En estas etapas, los pies de los niños  se están formando y son más vulnerables a la presión que pueda incidir el calzado sobre sus piececitos.

Cada niño tiene unos pies con una forma y características diferenciales. Por ello, aunque los zapatos parezcan nuevos, han sido amoldados a los pies del anterior dueño y a su manera de pisar, por lo que no pueden calzarse de forma natural a su hermanito, hermanita, amigo,….

Si los zapatos se vuelve muy difícil su colocación en el pie, y/o el niño constantemente se los quiere retirar, puede ser indicativo de que los zapatos están muy pequeños.

“Zapato bonitos nos pueden provocar pies feos”